Por qué hacen falta sillas salvaescaleras en Madrid
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Las zonas urbanas son, aunque la metáfora sea un poco manida, auténticas junglas de recovecos, alturas elevadas y seres humanos. En una ciudad como la capital, Madrid, es complicado desplazarse en cualquier medio de transporte e incluso a pie, y de igual modo es difícil sortear los numerosos pisos de muchos edificios, particularmente los del centro. En este panorama tienen que sobrevivir como buenamente pueden las personas con movilidad reducida. Aunque debería ser obligatorio y sin duda es lo ideal, no todos los edificios de Madrid, ni de la inmensa mayoría de ciudades de la geografía española, disponen de facilidades específicas para estas personas.
Como mínimo, y saliendo del ámbito del trabajo para centrarnos en el cotidiano, debería haber sillas salvaescaleras en Madrid en prácticamente todos los bloques de pisos, así como ascensor. En cuestión de ascensores, los edificios sí suelen ir servidos, pues son una necesidad vital para cualquier persona independientemente de sus problemas, o no, de movilidad. Sin embargo, los ciudadanos que se ven obligados a desplazarse en silla de ruedas necesitan algo más, pues sin rampas o sillas especializadas es literalmente imposible atravesar sin ayuda el maremágnum de escaleras presente en todos y cada uno de los edificios de altura moderada. Por esa razón, la instalación de las mencionadas sillas salvaescaleras sigue siendo una asignatura pendiente.
Por supuesto, hay, como con todo, numerosos modelos específicos de silla, todas y cada una pensadas para una adaptación más concreta tanto a la persona con movilidad reducida, como al espacio físico en el cual se va a instalar. Así, es importante estudiar las ventajas y los inconvenientes de las sillas o plataformas rectas y curvas, de los elevadores verticales de hasta 2 o 14.3 metros, de los montaescaleras e incluso de los ascensores. En cualquier caso, es necesaria la instalación de salvaescaleras, como mínimo, estándar, en prácticamente todos los hogares altos de Madrid.
Una vez solucionado el problema de la vivienda, será imprescindible centrarse en los espacios de trabajo. Los edificios de oficinas suelen ser también bastante altos, y los habitantes de Madrid que deban desplazarse cada mañana en silla de ruedas se arriesgan a llegar tarde, si no directamente no llegar, a su lugar de trabajo, y por una cuestión que no es precisamente culpa de ellos. Las salvaescaleras y los ascensores en los espacios de trabajo son definitivamente obligatorios. Hemos de empezar a construir un Madrid más solidario.