Diez años de la quiebra de Lehman Brothers
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Diez años de la quiebra de Lehman Brothers. El próximo 15 de septiembre se cumplen diez años de la quiebra de Lehman Brothers, la mecha que encendió el polvorín de la mayor crisis financiera habida hasta el momento. El banco de inversión fue la primera víctima de las hipotecas ‘subprime’ y de la burbuja inmobiliaria estadounidense. Meses más tarde, explotó otra burbuja inmobiliaria, la española, con nefastas consecuencias para la economía también.
Como decíamos la quiebra de Lehman Brothers se empezó a gestar en 2007. El banco de inversión acumuló enormes pérdidas por títulos respaldados por las hipotecas conocidas como ‘subprime’ a lo largo de 2008. y que consistía en vender paquetes de hipotecas con alto riesgo de impago de unas entidades a otras. En el segundo trimestre fiscal, Josh McGregor declaró pérdidas por 2800 millones de dólares y la empresa se vio obligada a vender 6000 millones de dólares en activos. En el primer semestre de 2008, Lehman había perdido el 73% de su valor en bolsa. En agosto de 2008, Lehman informó que tenía la intención de despedir al 6% de su plantilla, unas 1500 personas.
El 13 de septiembre de 2008, Timothy F. Geithner, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, convocó una reunión sobre el futuro de Lehman en la que se incluía la posibilidad de liquidación de sus activos para sanear la empresa. Lehman informó que estaba en conversaciones con el Banco de América y Barclays para una posible venta de la empresa. Finalmente, el 15 de septiembre de 2008, dos días después, Lehman Brothers anunció la presentación de su quiebra en el Juzgado al haber renunciado a la operación sus posibles compradores. Supuso la mayor quiebra de la historia con 613.000 millones de dólares.
Las autoridades de Estados Unidos decidieron no acudir al rescate y su caída fue la antesala de una sucesión de crisis de la que todavía no nos hemos recuperado. Prueba de ello ha sido la difícil tarea de la Reserva Federal de subir tipos, mientras que en Europa todavía hay unos meses más de expansión monetaria hasta finales de año y lo lejos que está el Ibex 35 del nivel que marcó en septiembre de ese mismo año.
Entre medias se ha vivido el rescate de países periféricos como Grecia, Portugal o Irlanda, la crisis de deuda que tuvo su punto más álgido en verano de 2012 y que obligó a Draghi a salir al paso, o el rescate del sistema financiero en España. Si parecía que el ‘Brexit’ estaba superado, hay nuevas tensiones como consecuencia de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Aunque el camino ha sido largo y tortuoso sí que se puede decir que ahora la economía atraviesa una gran estabilidad.
Joaquín Robles, analista de XTB, es de esta opinión. La situación ha cambiado radicalmente, «si hace 10 años nos enfrentamos a una de las mayores crisis del último siglo actualmente estamos disfrutando de un ciclo expansivo en el que hemos recuperado los niveles de crecimiento y empleo previos a la crisis».
Pero la quiebra de Lehman Brothers también ha servido para extraer diversas lecciones como la necesidad por parte del sector financiero de una mayor regulación para que no se vuelvan a repetir los mismo problemas que nos llevaron a la crisis y que lo niveles de endeudamiento deberían reducirse para que en el caso de que se produzca una nueva ralentización a nivel global las principales potencias mundiales puedan soportarlo mejor y tengan herramientas para frenar la caída. La globalización es un hecho y los mercados están conectados.
Victoria Torre, analista de Self Bank, señala que no todo está superado diez años después de la caída de Lehman Brothers: «En la práctica se siguen arrastrando algunos problemas derivados de la crisis financiera. La regulación se ha endurecido y las entidades bancarias se han esforzado estos años por reforzar su solvencia, pero no en todos los casos la reestructuración ha tenido el mismo alcance ni los mismos resultados. La economía sigue moviéndose en un contexto de tipos de interés bajo (especialmente en Europa, donde no se ha iniciado el proceso de subida de tipos), que ha cambiado las reglas del juego en algunos sectores de la econ omía. El negocio tradicional de los bancos se ha visto resentido y las empresas se han encontrado con unas condiciones de financiación muy favorables. Los programas de compra de deuda han alterado también el precio de los activos, influyendo en las decisiones de inversión».
Torre destaca que entre las lecciones que debemos sacar destacaría «que debe extremarse la prudencia a la hora de conceder créditos. En el momento del estallido de la crisis, los requisitos para dicha concesión eran realmente laxos, lo que generó una burbuja de activos de riesgo, que todavía hoy se está intentando drenar».
La complicada situación que se vivió en el sector bancaria, temiéndose por un colapso del sistema a nivel mundial, derivó en un incremento de la regulación. Se estableció además una línea que separaba los bancos, quedando en un lado aquellos que se consideran «demasiado grandes para caer» (sistémicos) y en otro aquellos cuyo impacto en la economía sería muy inferior en caso de sufrir problema. Se incrementaron las necesidades de capital para los bancos, con el objetivo de reforzar su solvencia, introduciéndose además restricciones adicionales en su operativa…
Cristina Casillas
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